Motivación

La escritura científica debe aprenderse, nadie nace sabiendo escribir correctamente. Por ello al principio del aprendizaje se cometerán numerosos errores básicos. Una nota baja tras un gran esfuerzo puede llegar a ser frustrante y desmotivante. Existen sin embargo muchas otras causas que pueden hacernos perder motivación.

A continuación, ofrecemos unos consejos que pueden servir de gran ayuda si nos encontramos desmotivados y sin ideas:

  • Reúne experiencias de escritura positivas: un texto puede ser considerado o valorado positivamente. Busca el porqué de esa valoración.
  • No seas demasiado exigente a la hora de escribir si no estás preparado para evitar la frustración. Empieza poco a poco.
  • Despierta tu curiosidad, si estás realmente interesado por el tema sobre el que trabajas tu motivación será mayor. Por lo tanto, emplea el tiempo que necesites en buscar un tema que te parezca interesante y llame tu atención.
  • ¿Has pensado en publicar tu trabajo? Es posible que no sea lo suficientemente bueno como para publicarlo. Pero no descartes esa idea, puede ser una buena sensación que tanto esfuerzo y tiempo invertido sean reconocidos.
  • Crea conexiones, un grupo de trabajo. De esta forma podrás debatir sobre distintos temas y materias, hablar de tu proyecto y conseguir una valiosa aportación para tu proyecto. Olvídate de la frustración.
  • Comprueba el progreso de tu trabajo escribiendo un diario y anotando tus avances.
  • Premia tu esfuerzo. Acostúmbrate a hacer cosas agradables (como salir a correr, escuchar tu música favorita, darte un buen baño, quedar con amigos…)
  • Tienes que tener claro que para llevar a cabo un proyecto como el TFG necesitas gestionar tu tiempo y esfuerzo.
  • Analiza la forma en que trabajas. Tu planificación del tiempo, tu capacidad para trabajar bajo presión, tus preferencias de material de trabajo o lugar de estudio, y cambia todo lo que consideres necesario.
  • Mejora tu planificación del tiempo. Crea un programa de trabajo y comprueba si funciona adecuadamente o tienes que modificarlo. Lo ideal es algo similar al siguiente modelo de planificación:

                  08:00-09:00: Levantarse, desayunar, leer el periódico

                  09:00-10:00: Escritorio-1

                  10:00-10:15: Pausa (hacer la compra)

                  10:15-11:45: Escritorio-2

                  11:45-12:00: Pausa (llamar por teléfono)

                  12:00-13:30: Escritorio-3

                  13:30-14:30: hora de comer

                  14:30-15:30: Escritorio-4

                  15:30-16:00: Pausa para el café

                  16:00-17:00: Escritorio-5

                  17:00-17:15: Pausa                    

                  17:15-18-45: Escritorio-6                    

                  18:45: Tarde libre (merendar, salir a correr, ir al cine, quedar con amigos…)

  • Listas “To-Do”. La función principal de estas listas es dejar claro todo lo que tenemos que hacer, todo lo necesario para alcanzar el objetivo de nuestro proyecto. Al tener todas las tareas apuntadas en nuestra lista será menos agobiante enfrentarse al trabajo, pues sabremos qué hacer y qué nos falta por hacer. Por ello el orden de las tareas es tan importante como las mismas, intenta ser consecuente y da prioridad a las cosas más urgentes o que más tiempo te vayan a llevar.
  • Consulta el apartado Planificación del tiempo en e-labora TFG.

 Bibliografía:

Der Bremer Schreibcoach, http://www.bremer-schreibcoach.uni-bremen.de/cms/index.php?page=a47-bis-a53 [01.04.2017].

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